miércoles, 13 de enero de 2010

La Z, la última letra del alfabeto

Hoy he tenido la suerte (sí, digo SUERTE) de volver al trabajo después de las vacaciones. Han sido unas largas, necesarias y merecidas vacaciones (aunque no todo el mundo piense lo mismo). Mis jefes siguen viviendo en los mundos de Yupi. Un mundo en el que no hay crisis. Dicen que borremos esa palabra de nuestro cerebro.

Todo el día rodando con el coche de polígono en polígono, buscando un mísero cliente que llevarme a la boca. Cuando digo mísero no lo digo por miserable, que los hay por ahí, y en abundancia. Clientes que te hacen pagarés a 180 días, y cuando está a punto de vencer la fecha te dicen que la factura no es válida porque falta un punto o una coma. Lamentable. Si parecía un domingo. Los polígonos vacíos. Hoy he estado hablando con un proveedor que seguramente cerrará la empresa este año...

Quizás por tener un presidente con un apellido que empieza por Z nos toca seguir el orden alfabético en la clasificación de países europeos. Los últimos, sí señor.  A lo mejor nos hemos creído que porque nos toque ser los presidentes de la escalera durante los próximos 6 meses vamos a dejar el portal y el ascensor como los chorros del oro, cuando no somos capaces ni de mantener nuestra casa en condiciones.

Nos espera un año 2010 muy difícil, más aún que el año pasado. Dicen que "año nuevo, vida nueva". No será para los que pertenecen al club de los cuatro millones.

Hoy escuchaba en la radio que un país sin ilusión es un país que no tiene futuro. Nosotros sí que tenemos futuro...pero muy negro.

Somos el país del "pan y circo" y la inmensa mayoría se contenta con que su equipo de fútbol gane. Eso no es ilusión, es ceguera emocional. Suerte que a mí no me gusta el fútbol.

En fin, hoy me he sentado frente al teclado con la realidad a flor de piel.