Hoy es martes por la tarde, pero tengo esa sensación de domingo perro, que si por mi fuera me estaría todo el día en pijama. Mañana vuelta al trabajo. Empieza una semana extraña.
Atrás quedaron los tiempos en los que decíamos eso de "joxxx, mañana toca trabajar, no tengo ganas...", mientras que ahora cambiamos a "qué bien, mañana toca trabajar, qué suerte tengo". Cuando estamos en una época en la que hay tanta gente en el paro (amigos, familia, ex-compañeros de trabajo,...) creo que está de más quejarse del trabajo.
Vuelta a la normalidad, más bien diría vuelta a la rutina. La rutina de todos los días, la soledad en la calle buscando alguien que te compre algo, y luego buscar al mismo para que te pague. Vuelta a la rutina al fin y al cabo. Pero bendita rutina que, una vez al mes, me da a cambio un puñado de euros para poder seguir viviendo dignamente, cuando hay gente en la calle que ni eso recibe.
Hasta que no haces un viaje a un país pobre (muy pobre) no te das cuenta lo afortunado que eres de tener todo lo que tienes. Cuando regresas a casa te sobra lo material. Qué pobres somos de verdad.
Moraleja: hagas lo que hagas, ganes lo que ganes, siempre terminarás quejándote.