domingo, 15 de noviembre de 2009

Una de arroz al horno

Tras nuestro viaje alrededor del mundo en un tren miniatura, hemos ido a casa de los tíos Helena y Jesús a pasar el día en familia, y de paso enseñarles el video de nuestro viaje en cigüeña a Addis Abeba. Hemos llegado hace un rato, y con la hora que es no tengo nada de hambre. ¿Qué pasa en esa casa que acabo cebado? La afición por la gastronomía de nuestro cuñado tiene la culpa.

Hoy nos ha deleitado con un arroz al horno que, siendo realistas, tenía un sabor muy bueno, pero la textura no era para llevarse un premio, sinceramente.



Como se puede ver en la foto, daba hasta lástima comérselo. Ha hecho dos fuentes de arroz, de las cuales he probado las dos (por eso ahora no estoy pensando en cenar). Me imagino que ha sido por el tiempo de reposo, ya que los ingredientes son los mismos, pero la segunda me ha sabido más buena.

De postre un buen pedazo de tarta al whisky, para rematar la faena. Por eso doy por concluída esta crónica familiar, para buscar en el botiquín unas sales de frutas.