lunes, 21 de septiembre de 2009

Lo chungo del Chingo.

Hay cosas muy fuertes que pasan en la vida. Una de ellas es que una buena amiga, compañera de colegio (sin saberlo) y compañera de enfermedades (esto mejor que no hubiera pasado), haga un viaje al paraíso de la bota, a la meca de la sandalia...., y que no avise. Eso es dar una patada en el culo (eso sí, bien calzada por el señor Chingo).
-"Es que sólo quedaban unas botas, y le gustaban a mi hermana. De verdad que he pensado en comprarte unas."
Excusas más baratas han entrado por mis orejas, pero no tan baratas como las botas del Chingo. En breve, y cuando a los tíos de la Vane nos dejen las llaves de la casa, pondremos rumbo a la catedral del calzado, provincia de Albacete.

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