Hoy ha caído una lluvia monumental. Hacía tiempo que no veía tanta agua caer sobre mí (por suerte estaba en el coche en ese momento).
Esta mañana he ido directamente a Alzira, donde he visto que las acequias se estaban desbordando. No llovía mucho, pero por el horizonte se veía que algo gordo iba a pasar. Más tarde, mientras me dirigía a Sollana, ya estaba empezando a coger cada vez más intensidad. De hecho, la carretera que une Alzira con Sueca estaba cortada, así que me ha tocado ir por Algemesí, donde la rambla llevaba muuuucha más agua que el domingo pasado. A mí me gustan mucho los ríos, pero ver el Júcar a punto de desbordarse, como si fuera un río de Cola-Cao (Nesquik o Cacao Soluble Hacendado también valen), la verdad es que no me ha molado mucho.
En Sollana tenía que pasar a ver una obra en medio de los arrozales...pero como dicen por aquí, no he tingut ous para llegar hasta mi meta. He tenido que dar media vuelta, y ya tenía un dedo de agua en toda la carretera, y las acequias a punto de desbordar.
Visto el panorama, he decidido ir a la oficina para hacer algo de paperwork. Ha sido un infierno acuático; el limpiaparabrisas a toda velocidad no daba más de sí. A 60 km/h por la Pista de Silla, sin visibilidad por los laterales...mejor no recordarlo.
Ahora, mientras me como un yogur de postre, tengo a mi media naranja impaciente por escribir su nueva aportación en nuestro cuaderno de bitácora. Hasta la próxima.