A estas horas tendríamos que estar sobrevolando el centro de Europa a 11 kilómetros de altura. El destino ha querido que no pudiéramos hacer este viaje (ni el de Jordania, ni el de Canadá, y a este paso ni el de Granada). Hay que reponerse a las adversidades que nos da la vida. Ya haremos el viaje otro año.
Además, lo importante de la vida no es dónde estás, sino con quién estás. Y hoy por hoy, yo estoy con quien quiero estar: con mi mujer y mi hijo.
Y como lo que nos gusta es viajar, y cuando viajamos nos gusta hacer muchas fotografías, esta mañana hemos hecho turismo en nuestra propia ciudad. Al tener en la familia un enamorado de los trenes (tren, tranvía, metro, y toda la familia ferroviaria), hemos decidido coger el metro y el tranvía, dirección al puerto de Valencia, para dar un paseo en barco (que tampoco ha podido ser).
Como esta semana he estrenado la última versión de un famoso programa para editar fotografías, me he recreado con un par de panorámicas, y la verdad es que esta versión las monta mejor que la que hasta ahora venía utilizando. Ya las he colgado en Facebook y en Flickr, así que ahora me toca colgarlas en el blog.
Dos panorámicas desde la vacía marina Juan Carlos I.
Si es que ya lo decía Don Hilarión, "las ciencias avanzan que es una barbaridad". Y si hay gente que hace homenajes a camisetas, ¿por qué no voy yo a presumir de ser turista en mi ciudad?. Por cierto, Rita: no creo que leas mi blog, pero tenemos un puerto aburrido, desolado, abandonado....muerto. ¿Era necesario gastar tanto dinero? No hace falta que me contestes.
Hasta otra.