lunes, 28 de junio de 2010

Andy's Angels se toman unas vacaciones

El pasado domingo 27 de junio de 2010 dio por concluida la temporada bailonga de mi señora esposa y su amiga Eva (las dos únicas componentes en activo de Andy's Angels). Quizás el año que viene podamos deleitarnos nuevamente con el vaivén de los glúteos de Ampy, tras su ausencia del grupo por maternidad.

El caso es que, como todos los años, tengo que tragarme un auténtico bodrio, peñazo o tostón, de una panda de amiguetes que salen al escenario hasta tres veces, con unos espectáculos interminables, para regocijo de las babosas (entiéndase por caérseles la baba) de sus madres, hermanas, amigas, novias, novios, y una larga lista de parentescos, que una vez han acabado no se cortan un duro en levantarse cuando lo que queda ya no les interesa. 

Por desgracia, yo me he tenido que tragar toda la función para poder grabar y fotografiar a mi primera bailarina (y de paso no poder disfrutar de su momento sobre las tablas). Incluso hubo un momento, cuando tenía a tiro a Andy y sus dos ángeles para hacerles la última foto posando en el escenario, se levantó impacientemente de su butaca una de las anteriormente mencionadas babosas y me fastidió la foto.

Además me parece un auténtico atraco a mano armada que los familiares y amigos que deseen acompañar a los/as bailarines/as tengan que pagar diez pavos por ver el espectáculo, más aún tratándose de un teatro municipal. No digo que sea gratis, pero que no abusen del personal.

En cuanto al show (el que me interesaba), aunque no lo pude disfrutar del todo por estar pendiente de una cámara de vídeo y otra de fotografía, lo poco que ví fue bastante mejor que lo del año pasado. Se guardaron las distancias, no hubo equivocaciones, y la gente aplaudió de lo lindo. 

Con esos peinados (¿o debería decir despeinados?) y esa mirada de loba....(hasta aquí puedo leer). En fin, que ellas se lo guisan y ellas se lo comen: vestido, maquillaje (benditos tutoriales para todo en You Tube), peinados..., y con la coreografía de todo un veterano de Broadway.
Andy y sus Angels en mitad de la actuación
Desde aquí quiero agradecer a Andrés Torres la labor que hace al mantener con la ilusión de una quinceañera a alguien que hace más de quince años que dejó de serlo. Aunque claro, viendo a un tío de 60 tacos moverse así en el escenario, a quién le importa la edad.

Hala, el año que viene más!!!