El pasado miércoles, aprovechando que teníamos canguro para nuestro renacuajo, fuimos al cine a ver la tan ansiada y esperada AVATAR, en su versión 3D.
Recuerdo cuando todo el mundo quería ir y era imposible encontrar entradas. Todo vendido. Sold out. Imposible encontrar un sillón donde posar nuestras cachas en Kinepolis, Bonaire, o los cines etcétera. Sin embargo esta semana compramos las entradas cinco minutos antes de que empezara la sesión, sin numerar, y no tuvimos problema para encontrar sitio en la última fila y centradito. Total, creo que éramos 15 personas en la sala....
Lo más impactante de la película fueron, además de la espectacular sensación de verla en tres dimensiones, los ya comentadísimos efectos especiales. Porque lo que es guion, hombre, no es que el tío Jaime se haya exprimido los sesos escribiendo.
La moraleja final, bien. Ya sabemos que nos estamos cargando el planeta...