Este fin de semana, aprovechando que es nuestro primer aniversario como familia con niño, nos hemos ido a celebrarlo al País Vasco con Mónica de anfitriona. En nuestra anterior visita en octubre nos estuvo contando lo de las sidrerías y nos hemos apuntado a disfrutar de la gastronomía y costumbres vascas. Menudo hartón de comer. El sábado por la noche unos pintxos campeones en el Gran Sol de Hondarribia, y el domingo a mediodía (dos horas y media comiendo) el evento estrella: sidrería Petritegi con chuleta de medio kilo, bacalao en tortilla y con pimiento, queso, membrillo y dulces, y sidra a gogó.
El domingo por la mañana aprovechamos para cruzar el Bidasoa y visitar el país galo. San Juan de Luz y Hendaya. Me gustaron bastante. En general me gusta mucho la cornisa cantábrica. Me parece mucho más mar que el Mediterráneo, más bravo. Aunque bueno, con lo cagao que soy yo...pero me gusta más a nivel estético.
Eso sí, un auténtico chasco llegar a Francia. ¿Dónde está la frontera? Pero si es como cruzar de Aldaya a Alaquás por debajo de la vía del tren. Muy descafeinado esto de la Unión Europea.
Y para dormir, lo hicimos en un albergue. Ya es el tercer albergue que usamos en menos de dos años, y para decir verdad me pareció muy limpio y tranquilo. Yo tenía el estereotipo de alberguista hippie y piojoso...
Seguiremos informando.